Me gusta el sexo anal, pero hay un precio…

La mayoría de las mujeres casadas (activas sexualmente) o con novio, tienen algo en común en la cama ¿sabéis qué es? Sí, nuestras parejas siempre nos piden introducir su pene por nuestra cavidad anal cada vez que tienen la oportunidad. ¿Te ha pasado? Lo más seguro es que sí.

En mi caso, me gusta el sexo anal, pero no es una técnica sexual que practique con mucha frecuencia si no en ocasiones especiales para darle un regalo a mi chico o cuando estoy muy excitada y me pongo muy pero que muy perversa. Tipo así:

Pero a propósito de follar por detrás, es probable que hayas escuchado historias de mujeres a las que les han sacado las hemorroides mediante el sexo anal.

Ahora… ¿esto es realmente cierto? Aunque buscando por Internet me topé con información que plantea que  follar por el cul* no suele ocasionar este tipo de problemas, yo formo parte del 1% de las mujeres a las que les ha sucedido esto durante la práctica de esta técnica sexual.

Cuento erótico: La confesión de una caliente seguidora “versolexica”

¿Qué son las hemorroides? Son venas que se hinchan a causa de la presión de la sangre que circula de forma extra. Así que cuando me la metieron por detrás, la presión arterial de éstas se elevaron, además de estar un poco nerviosa, pues quería complacerlo, ya que era el día de sus cumpleaños.

Así fue cómo sucedió todo:

Al principio lo estaba disfrutando muchísimo. Hicimos nuestro jugueteo previo antes de la penetración. Pero mi novio estaba tan excitado que llegó al punto de desatar su instinto salvaje y comenzó a darme bastante duro.

Tras percibir su excitación, no me quedaba más que aguantar, pues veía que él estaba disfrutándolo muchísimo y mi objetivo era complacerlo, pero llegó un momento en el que no podía continuar más; el dolor era demasiado intenso. Sí, mi novio –sin intención alguna- me estaba maltratando los tejidos internos que están dentro del ano hasta irritarme las hemorroides.

Cuando le pedí que parara porque no aguantaba más, percibimos que estaba sangrando levemente, y tras visualizar con detalle mi trasero, mi novio se percató de que tenía una especie de ”tripita” asomándose por el orificio del ano… Instantáneamente me dije a mi misma: “Esas son las hemorroides”.

Me asusté un poco, al igual que mi pareja, pero realmente ese fue el regalo sorpresa que le di a él en el día de cumpleaños. Le di la oportunidad de ver mis hemorroides después de penetrarme duramente. Este es un detalle que él nunca olvidará en su vida, aunque tuve que pagar el precio del dolor por ello. ¡Viva el amor!

Sobre el autor:
Kelvin Castillo es Graduado en Comunicación Social, redactor, editor y
líder de proceso en la producción de información para medios
impresos,radiales,televisivos y online, tanto convencionales como
alternativos.

Una respuesta a “Me gusta el sexo anal, pero hay un precio…”

Deja un comentario Cancelar respuesta