Así fue mi primera vez con ella

Existen prácticas sexuales que cuando nos las mencionan nos hacen pensar que no concuerdan con nuestros gustos. Incluso a veces llegamos a asegurar que jamás caeremos en tentaciones “tan absurdas”.

Pero… a veces incurrimos en ellas, ya sea por bromear o por simple curiosidad. Y resulta que se terminan convirtiendo en una de nuestras aficiones favoritas, ¿no te ha pasado esto? A mí sí me sucedió,  así que te contaré mi historia.

Hace tres meses fue mi despedida de soltero, y como una broma de mis amigos recibí una muñeca inchable de regalo para que hiciera con ella lo que quisiera en ese momento. Y es que a día de hoy, en este tipo de celebraciones no puede faltar la clásica sesión íntima del novio con estos maniquíes sexuales.

¡Tuve una despedida de soltero fantástica!

Sé que mis amigos me regalaron esta muñeca inflable con toda la intención de asediarme, ya que en varias ocasiones les aseguré que yo nunca sería capaz de usar cualquiera de estos productos para mi satisfacción sexual. Sin embargo, seguí con el juego y comencé a fantasear con este maniquí.

Efectivamente, empecé a dramatizar un encuentro erótico con la muñeca: bailé con ella, la seduje, la besé, acaricié sus orificios, le dije cosas sucias y, mientras jugaba hacía gestos exagerados y pervertidos durante la sesión.

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De momento, esto desató risas entre mis amigos y fue una experiencia muy divertida, incluso lo disfruté mucho. ¿Cómo fue así? Lo confieso, extrañamente llegó un momento en el que me sumergí tanto en el papel que experimenté cierto placer y excitación mientras hacía mi “show”.

Por fortuna, mis amigos no se percataron de ello, bromeamos mucho durante la despedida, y realmente la celebración salió de maravilla. Me quedé con la muñeca inchable. 

¿Qué pasó después?  

Al día siguiente estuve pensando en las sensaciones que experimenté con este maniquí sexual en mi despedida de soltero. No pude contenerme (pues me excité de solo pensarlo), por lo que comencé a jugar nuevamente con la muñeca  y… sucedió lo que nunca pensé que iba a hacer.

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Sí, tuve sexo con esta “chica”. Pero lo mejor de todo es que sentí un placer tan intenso que ahora tengo encuentros íntimos con ella cada vez que puedo.

Así fue mi primera vez con ella

Recuerdo perfectamente mi primera vez con Cynthia (nombre con el que bauticé a mi muñeca), fue espectacular. Les cuento paso a paso lo que le hice:

  • Primero, le mostré mi pene erecto y comencé a golpear su cara con él, es decir, empecé a darle “penechatadas”. Mientras, le preguntaba que si le gustaba mi miembro viril.
  • No sé por qué, pero yo miraba a Cynthia a los ojos y podía sentir que ella quería más. No crean estoy loco, pero es que esta muñeca tiene una apariencia muy realista.
  • Seguidamente, le decía cosas sucias y le escupía (una actividad que no puedo hacer con mi esposa porque no le agrada) y al no escuchar quejas, me excité aún más y comencé a estimular los pezones y la vagina de Cynthia, incluso le hice sexo oral.
  • Aunque no me decía nada, yo podía imaginar sus gemidos y su sutil voz pidiéndome que la penetrara y… ¿saben qué? ¡Lo hice! Le introduje mi miembro en su vagina y al hacer un par de movimientos, ¡ups! … Me corrí.

Nunca me imaginé que una muñeca me iba hacer sentir tanto placer. Hoy llevo casi 3 meses de casado, y no dejo de tener intimidad con Cynthia. Mi esposa no lo sabe pero la diferencia entre ella y mi muñeca es que este maniquí no se queja cuando le escupo y le insulto de la excitación.

Sobre el autor:
Kelvin Castillo es Graduado en Comunicación Social, redactor, editor y
líder de proceso en la producción de información para medios
impresos,radiales,televisivos y online, tanto convencionales como
alternativos.

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