A diferencia del maltrato físico, el abuso psicológico y emocional es más difícil de detectar porque a primera vista no deja daños corporales visibles. Y encima, el perfil del maltratador, en muchas ocasiones, se encubre bajo unas conductas “encantadoras” e incluso socialmente es un tipo que cae muy bien.
Pero, ¿cómo consigue el maltratador someter a su víctima?
Normalmente, lo hace con mucha sutileza y mediante un camino progresivo.
En ese camino conoce los puntos débiles de la víctima, sus miedos, sus inseguridades, sus temores, etc. y así la manipula y logra su objetivo.
De esta forma, a la víctima le cuesta darse cuenta de forma consciente de la situación que está viviendo y termina envuelta en una relación tóxica y de dependencia con el maltratador.
De hecho, una de las formas más sutiles y perversas de maltrato emocional es el llamado Gaslighting.
Este término fue acuñado por una película que se titula “Gaslight” y trata la historia de un hombre que intenta convencer a su pareja de que “está loca” mediante un sinfín de manipulaciones emocionales.
El Gaslight se caracteriza por manipular a una persona hasta el punto en el que la víctima pone en duda su propio juicio, sus sentimientos, sus actos y cree perder su salud mental. El objetivo del maltratador es anular a su víctima y así, controlarla.
¿Cómo podemos detectarlo?
Este tipo de manipulación es muy sutil pero potencialmente peligrosa,
ahí van algunos ejemplos:
Lo más común es negar lo evidente, manipulan los datos o la situación y hacen que dudes de si es cierto o no.
Por ejemplo, imagina que tu pareja te dice algo y acto seguido lo niega con frases del tipo “Yo no he dicho eso, estás delirando” o “yo nunca he dicho eso, te lo estás imaginando”.
Mienten con seguridad y te hacen dudar de tu propio juicio.
Por ejemplo, en una situación donde expresas que hay algo que te ha molestado, el maltratador suele responder con frases del tipo “Es que eres demasiado sensible” o
“Te lo tomas todo a mal, háztelo mirar”.
O incluso si la víctima está dolida y protesta, incluye frases como “eres una exagerada”, “estás desquiciada”, “tú estás loca” u “otro en mi lugar, ya te hubiese dejado”.
Y poco a poco la víctima se ahoga en una situación continua donde se siente pequeña, minimizada y despreciada.
Constantemente se ve a sí misma analizando sus pensamientos, sus sentimientos, sus percepciones, sus palabras, hasta el punto de preguntarse si se está volviendo loca.
Además, después de que el maltratador humille o devalúa a la víctima, acto seguido suele tener una conducta de refuerzo y de elogio a la víctima. De esta forma la víctima queda confundida porque no entiende lo que está pasando y así el maltratador consigue que ella piense que no es tan grave lo que le hace o que el maltratador no es tan cruel.
Ahí van algunas señales para que detectes si puedes estar sufriendo Gaslighting:
-En muchas ocasiones crees que no sabes hacer nada bien.
-Te sientes confundido/a y necesitas la aprobación constante de la otra persona para tomar decisiones.
-Recuerdas como eras antes, y ahora no te reconoces. Sientes que en el pasado todo era mejor y hace tiempo que no eres feliz.
-Tiendes a pedir disculpas por todo, te sientes inútil y culpable.
-Sientes incluso que no eres demasiado bueno/a para las personas que están a tu alrededor.
-Dudas demasiadas veces sobre ti mismo/a.
-Excusas el comportamiento de la persona que te hace Gaslighting, no quieres aceptar la realidad, lo camuflas.
-Te planteas la posibilidad de que quizás sí exageres y eres demasiado débil o sensible.
Sufrir este tipo de maltrato puede acarrear serios problemas en la persona que lo padece, como depresión, ansiedad, problemas graves de autoestima, dependencia emocional, relaciones afectivo-sexuales tóxicas, etc.
Si reconoces estos síntomas o conoces a alguien que lo padece y no consigue salir de esa situación, por favor, recordad que la ayuda profesional es necesaria.
Judith Viudes es Psicóloga y Sexóloga, especializada en Terapia de Pareja, Disfunciones Sexuales, Diversidad Sexual y Crecimiento Erótico. Puedes encontrarla pasando consulta y realizando talleres en el Centro de Psicoterapias y Sexología situado en Villajoyosa (Alicante). Además, también ofrece consultas online.
Escritora activa en su tiempo libre, escribe para periódicos, revistas… y colabora en las webs del mundo erótico.
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